Si Alemania ha rebajado los sueldos (públicos y privados), si ha aparcado las subvenciones propias de vacas gordas, si ha recortado seriamente las competencias de los Estados federados, si los partidos políticos se niegan a tramitar leyes para la galería, si sus ciudadanos han asumido un recorte de los servicios públicos, y con tales sacrificios está saliendo de la crisis, no se explica por qué España va en dirección contraria y los españoles esperan " a la mexicana" que llegue el autobús de unas ayudas que nunca llegarán.
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