Seguramente Ian Curtis murió el mismo día en que nació, un 15 de julio de 1956, en Mánchester. La imposibilidad de reprimir el deseo de vivir era el motivo de su apasionada cólera, de su anhelo suicida: llegar al destino lo antes posible, trampear la naturaleza y su, a veces, excesiva longevidad. Live fast, die young. «Mañana, y mañana, y mañana», como dice la célebre obra Macbeth de Shakespeare, «se arrastra con paso mezquino, día tras día, hasta la sílaba final del tiempo escrito. Un idiota lleno de ruido y furia que no significa nada».
|
etiquetas: ian curtis , joy division , musica