Hay quien piensa que el triunfo de un partido que formalmente asume una determinada ideología, va a suponer la llegada del buen gobierno a su país. Pero olvida que la idiosincrasia nacional (muchas veces impuesta durante siglos a fuerza de represión y oscurantismo) tiene un peso brutal en la aplicación de los principios abstractos de esa ideología. La revolución soviética triunfó en un país acostumbrado al poder absoluto de un solo hombre, que ejercía como caudillo omnipotente y líder indiscutible, con legitimidad para masacrar a quien osase salirse del camino que marcase.
Y el zar azul fue sustituido por un zar rojo, posteriormente sustituido por otro zar rojo todavía más implacable, inhumano y capaz de los peores crímenes para erradicar toda disidencia. A día de hoy, Rusia sigue regida por un zar que controla con puño de hierro las instituciones del país, y no duda en aplicar la guerra sucia en toda su magnitud para perseguir a cualquiera que se atreva a criticarle. Rusia, tras la caída del zar, no logró liberarse del culto a la personalidad de un solo hombre y la legitimación de todo abuso de poder por su parte para aplastar a quien le cuestionase. Son dos cadenas bajo cuyo peso el país jamás podrá ser libre ni prosperar.
En España están muy presentes la pillería y el trilerismo. Mentir al electorado, inventarse cuentos para distraer a los ciudadanos mientras se les roba la cartera, instrumentalizar las instituciones para el beneficio personal de los cargos públicos, hacer cambalaches inconfesables para mantenerse en el poder, enchufar a los fieles y desterrar a los críticos...es decir, la antitesis de la honestidad, la transparencia, la integridad y la gestión de lo público en aras del bien común.
Y se ve en todos los partidos (con más o menos intensidad dependiendo de la formación política...pero en todas). Ciudadanos jura que jamás pactará con Vox ni estará en gobiernos con dicha fuerza. Entonces acuerda con el PP que (por ejemplo en Madrid) ambos partidos se repartirán las concejalías de distrito pero luego el PP dará una parte de las suyas a Vox. Así Ciudadanos podrá decir que es cosa del PP cómo reparte sus concejalías. Cierto es que, al final, los cargos de Vox terminarán formando parte del mismo equipo donde está Ciudadanos...pero es el mejor truco que se les ha ocurrido para tapar sus vergüenzas, y tampoco podemos pedirles genialidades. Siendo rigurosos, no fue nada genial firmar un acuerdo presupuestario con Vox en Andalucía, un documento que iba encabezado con los logotipos de las dos formaciones.
En Murcia vino Inés Arrimadas a dar un mitin y criticó duramente los 24 años de gobierno del PP, preguntando a los asistentes si se imaginaban tener que sufrirlos 28 años www.ondacero.es/emisoras/murcia/murcia/audios-podcast/ines-arrimadas-o . Hoy con sus votos lo ha permitido. Lo tenían pensado desde el principio, y para salvar la cara plantearon al PSOE exigencias tan surrealistas como que exigiese la aplicación del 155 a Cataluña desde Murcia. El PSOE lo hizo www.eldiario.es/murcia/politica/PSOE-Murcia-propuesta-Gobierno-Cs_0_90 y, como ya no sabían qué responder, los de Ciudadanos replicaron que no les habían ofrecido un "programa serio" de gobierno . Una seriedad que sí les dio Testafer, el nini indigente intelectual que ocupa la presidencia de la región tras el procesamiento de su mentor Pedro Antonio Sánchez, con el que se reunió hace pocos días para darle la buena noticia de que el PP seguiría controlando la Región www.eldiario.es/murcia/politica/presidente-Murcia-predecesor-negociaci
Si hablamos de Podemos (que pasó del 13 al 5.5% en Murcia) todo se puede resumir en una frase: predicar la transparencia, la inclusión y la horizontalidad mientras se convierte el partido en un coto cerrado controlado por cuatro amigos y sus subalternos. En Madrid es el matrimonio Iglesias-Montero, y en Murcia son los viejos amigos del sindicato STERM que rodean al secretario general autonómico (quien en su día se arrodilló ante Iglesias para que le avalara, pero hoy es un errejonista convencido). Son incontables las personas honestas y con ganas de trabajar que han ido dejando el partido en Murcia, decepcionados por la endogamia de la dirección autonómica, que excluía a cualquiera que no les rindiese pleitesía. Cerraron a cal y canto el partido por miedo a que la entrada de mucha gente les pudiera hacer sombra...y se han quedado tan solos que hoy se plantean hacer un ERE y cerrar la sede (me pregunto si por los problemas económicos o porque piensan migrar en masa al nuevo partido de Errejón, ahora que Iglesias no puede ofrecerles nada).
En resumen, que preferiría mil veces ser gobernado por el partido conservador danés que por el Podemos murciano (y cien mil veces más que ser gobernado por Ciudadanos). Porque más importante que la etiqueta ideológica es la asunción de determinados valores cívicos y democráticos sin los cuales ninguna sociedad puede avanzar, independientemente de cómo se llame el partido que la gobierne. Valores que implican el respeto a lo público o a la inteligencia del electorado. Valores que implican no mentir a aquellos a quienes pides su confianza y que te sostienen con sus impuestos. Valores que implican aplicar estrictamente los principios de mérito y capacidad para cubrir los puestos de la Administración. Valores que implican no discriminar ni privilegiar a nadie porque te baile el agua o te ofrezca prebendas a cambio, limitándote a gestionar lo público conforme a la legalidad y pensando en ofrecer una vida digna junto con las oportunidades necesarias para construirla a todo ciudadano. Valores que distinguen a un Estado civilizado de una monarquía (o república) bananera.