Soy una limpiadora de la sanidad pública, y se lo que conlleva tener un político entre nuestras paredes. Para ellos solos, como mínimo: media planta bloqueada, para ellos solos los mejores médicos, cirujanos, fisioterapeutas, volcados al 100% sobre ese caso, para su exclusividad una sola limpiadora que se aburre religiosamente todo el puñetero día, teniendo que estar pendiente de cualquier cosa que pueda surgir. Se nos entrega un carro nuevo. Los políticos no pueden ver un carro viejo. Los cubos también son nuevos y relucientes...
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