Sobre el acoso escolar

Periódicamente salen noticias sobre acoso escolar, no todas de mucha calidad periodística, y con comentarios a veces muy emocionales y desde la experiencia propia. Un poco harta de poner lo mismo en un lugar y en otro y entrar en discusiones sin sentido he decidido escribir este artículo en el que quede más o menos ordenado lo que opino de este tema y sencillamente citarlo y enlazarlo en ocasiones futuras en las que surja el tema.

Como niña fui acosada en el colegio, y no poco, durante mucho tiempo y con colaboración de buena parte del profesorado y la mayoría de los padres. Mucho más que yo fue acosado mi hermano mayor y ha tenido secuelas de una magnitud que no voy a describir, pero nada despreciable. Mi mejor amiga también sufrió acoso. Así que sí, soy consciente de lo que sienten las víctimas de acoso.

Pero hoy en día soy profesora de secundaria, y me dedico a educar. Me dedico a educar también a los acosadores y no debo hacerlo desde el punto de vista de mi dolor personal por la experiencia pasada, sino desde la profesionalidad y el intento de tomar medidas efectivas a corto y a medio plazo, a ser posible a largo plazo. He tenido que hacer un esfuerzo de consciencia de mis traumas al respecto para poder enfocarlo en el sentido que explico y no ha sido sencillo, pero honestamente creo que todo el que se dedique a la educación debe hacer este esfuerzo.

Sé que el acoso escolar se produce también en la etapa de primaria, pero soy partidaria de hablar de lo que conozco y me centraré más en la etapa de secundaria por ser mi campo. Y procuraré dibujar un poco el espectro de aspectos a tener en cuenta en la intervención sobre este problema, porque si algo hace daño a una intervención educativa es simplificar demasiado los términos y dar soluciones dogmáticas y contundentes que no tengan en cuenta los matices de estos comportamientos. Si la solución es demasiado simple, a lo mejor no es una solución. www.meneame.net/go?id=2505262

Para empezar debemos entender el acoso si queremos intervenir sobre ello, intentar conocer sus causas y sus dinámicas, incluso intentar determinar qué es acoso. De wikipedia: “es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el aula, como a través de las redes sociales”. Un conflicto puntual que llega demasiado lejos no es acoso, se puede resolver con mediación, aunque haya violencia física; en cambio una acción menos espectacular como “hacer el vacío” sostenida en el tiempo se puede considerar acoso, aunque es difícil de demostrar -y por tanto de sancionar- merece atención y acción. Los límites entre no hablar con alguien porque no te cae bien y hacer el vacío son sutiles, pero un indicador es si coaccionas a los demás para que tampoco hablen con la otra persona. En todo esto cabe un margen de interpretación cualitativo que no es del todo objetivable. En cualquiera de los casos mi criterio es el malestar de la víctima, el problema es evaluar este factor.

Para seguir debemos intentar definir cuáles son las causas del acoso escolar, cosa complicada porque las personas tendemos a ser muy diversas, y nuestras motivaciones de lo más variopinto. A pesar de la dificultad de esta tarea es un esfuerzo que debemos hacer, pues una política de prevención más que de resolución del acoso ahorra mucho sufrimiento.

También debemos tener claro cuál es nuestro objetivo, pues dependiendo de ello tomaremos unas u otras medidas. Nuestros objetivos pueden ser.

  • A corto plazo la resolución del caso, protección de la víctima, sanción del acosador
  • A medio plazo la mejora de la convivencia escolar, la prevención de aparición de otros casos, la redefinición de las relaciones entre iguales
  • A largo plazo la creación de un entorno relaciones sociales no violentas más allá del centro escolar, y la formación de adultos capaces de trasmitir a sus hijos estos valores para que no se repita el esquema de acoso.

Que sí, que lo del largo plazo es utópico, pero es un horizonte hacia el que merece la pena caminar. Y es por ello que las medidas punitivas al acosador me parecen muy pobres como enfoque único. Si no tomamos medidas complementarias de corte más educativo estamos dando pan para hoy y hambre para mañana. Cuando se diseña un plan contra el acoso el corto plazo es urgente y prioritario, pero tener en cuenta el medio y el largo plazo es importante. Eso es lo que yo creo que es un triunfo sobre el acoso, los acosadores también superan ese modo de relacionarse, eso hace que la vida del futuro mejore un poco, no pone un parche.

Los tres elementos del acoso

Para que se produzca una situación de acoso es necesario la existencia de tres actores.

El acosador o los acosadores.

Sin alguien que agrede no existe la agresión, obviamente. El perfil del acosador se ha descrito miles de veces:

  • Falta de habilidades sociales
  • Falta de empatía
  • Agresividad, frustración y rabia.
  • Poca asertividad
  • Relaciones entre grupo de iguales basadas en jerarquías

Estas características nos permiten, por un lado, detectar a un agresor potencial antes de que desarrolle la conducta de acoso, y por otro, intervenir educativamente para mejorar estos aspectos. Los talleres de habilidades sociales y las intervenciones psicológicas que incidan en la rabia o en el desarrollo de la empatía y la asertividad son importantes tanto en el caso de haber sido agresores como cuando aún no han dado ese paso. En esta tarea, la colaboración de las familias es importantísima, pero si no colaboran debemos hacer lo que podamos, puesto que si el entorno de un chiquillo no se preocupa de su educación nuestra única baza es que se la dé la escuela pública. En cuanto a las relaciones jerárquicas, se puede les integrar de un modo más o menos forzado en actividades donde el grupo participante se relacione en otros términos para que al menos una vez experimente otro modelo de conducta. La frustración disminuye si se encuentra una habilidad destacada y se le fomenta y elogia, se le otorgan responsabilidades relacionadas y se hace un seguimiento de su desempeño basado en positividad.

Las actuaciones puramente punitivas suelen tener algunos efectos perversos, sacan la conclusión de que lo que hay que hacer es esperar a que nadie les vea y ser mucho más agresivos en esos momentos desprotegidos de la víctima. Además, a la larga, educan a sus hijos en la idea de que acosar es normal, o en dos años eligen otro chivo expiatorio y la montan de nuevo.

Víctimas

Víctima potencial somos todos, nada te libra de ser acosado si alguien la toma contigo. Pero hay perfiles que tienen más probabilidad de acabar en situación de acoso.

  • Falta de autoestima
  • Poca asertividad, reacciones pasivas de aguante
  • Habilidades sociales escasas
  • Aislamiento y falta de amigos en el grupo
  • Cualquier característica “llamativa” que lo diferencie del rebaño. Esto es tan amplio que en realidad no significa gran cosa, pero cosas como la obesidad, una marca de nacimiento en la cara, algún trastorno del desarrollo… deben ser tenidas en cuenta a la hora de hacer un seguimiento de víctimas potenciales.

Es muy importante la detección de la situación de acoso cuanto antes, y hay signos que nos pueden poner en alerta

  • suelen ocultarlo a los adultos, no suelen contestar a las preguntas de los padres acerca de cómo ha ido en clase, o lo hacen con monosílabos.
  • rechazan ir al instituto
  • somatizan y tienen síntomas médicos, particularmente los domingos por la noche o el lunes
  • cambian conductas, bajan notas…
  • a veces tienen marcas del maltrato físico
  • en casos graves desarrollan trastornos de conducta alimentaria, tienen síntomas de depresión…

La intervención con la víctima empieza por protegerla, por supuesto. Detener el acoso y evitar más daño es fundamental. Pero no es suficiente, porque hay un daño que ya está hecho y es importante evaluarlo e intentar sanarlo. Además hay que trabajar en los aspectos de arriba que pueden derivar en un nuevo episodio de acoso o bien en el primero de todos. Cuando se detecta una víctima o alguien muy susceptible de convertirse en ello, el trabajo en habilidades sociales y en mejora de autoestima y asertividad es muy importante y puede ser la clave de no volver a tener dificultades de este estilo. También hay que localizar a sus principales apoyos en el instituto y fortalecer sus vínculos, ampliar estos grupos y hacerles fuertes porque se apoyan unos en otros. Cuando se habla con la víctima es fundamental no juzgar, no culpabilizar, no poner el acento sobre lo que “hace mal” para recibir el acoso que está sufriendo. Siendo conscientes de que hay cosas en sus interacciones sociales que puede mejorar y que le evitarían estar en tanta desventaja podemos intervenir mejor, pero para mantener una comunicación fluída y productiva con alguien que necesita ayuda no conviene decirle esto hasta una fase más avanzada, con la situación de acoso finalizada y la seguridad más garantizada. Es entonces cuando podremos sugerir que existen herramientas de defensa y que si quiere aprenderlas. El acoso NO es culpa de la víctima, pero podemos mejorar su posición social para prevenir en lugar de solo remediar.

El grupo que calla

La adolescencia se caracteriza por un desplazamiento de los vínculos y la autoridad desde los adultos (padres y profesores) hacia los iguales. Esto es causa de conductas gregarias, rechazos al diferente, presiones grupales, identidades “a la defensiva” disciplinas ocultas en los comportamientos. No todos los grupos se comportan internamente así, pero los chavales educados en relaciones muy jerárquicas suelen tener interiorizado el escalafón como modo de organización social y asumen su papel de líder o de seguidor con bastante naturalidad. Los seguidores son la mayoría silenciosa que no acosa, pero que consiente el acoso.

Si se pregunta en un ambiente de intimidad y seguridad por qué no se intervino cuando maltrataban a un compañero la respuesta suele ser que por miedo a pasar a ser la siguiente víctima, o bien que es normal, que son bromas, que no pasa nada, que no es para tanto… Y esta normalización de las conductas y relaciones de violencia física y psicológica es más generalizada de lo que creemos, en ambientes laborales, en el trato que se da a las personas que atienden al público, en los conflictos de tráfico…

La interiorización de que lo normal es mostrarte agresivo, juzgar a los demás, reclamar tu posición dominante, aceptar la dominación de otro más fuerte y otras actitudes similares hace muy difícil posicionarse a favor de la persona que sufre los abusos. El individualismo es omnipresente e impide ver que en realidad la mayoría no se siente cómoda con el maltrato, lo permite con su silencio, pero no está de acuerdo. Es normal que por efecto rebaño lo difícil sea que se pronuncie la primera persona para afear al acosador su mala conducta, pero si se alza una voz es habitual que se sumen muchas. Y, si eso ocurre, normalmente, es el fin de la situación de acoso. El acosador vive en la superioridad física y en la impunidad, si se ve señalado es probable que no tenga las fuerzas de enfrentarse al grupo posicionado en su contra.

Cuando en el seno de un grupo se da un caso de acoso con silencio cómplice también hay que hacerles saber que esa conducta por omisión es reprobable. No se puede sancionar porque no se puede demostrar que nadie sepa nada, y porque tampoco funciona para los cambios de actitud a largo plazo, pero sí es importante que reciban un feedback acerca de lo mal que está hacerse el sueco y de lo bueno que habría sido que hubieran contado lo que pasa cuanto antes.

La prevención en un marco global

Pero no nos podemos quedar en salir al paso de los incendios e ir apagándolos, es mejor tener una política de no tener materiales inflamables junto a fuentes de calor. No hay una política a nivel estatal de prevención del acoso escolar, pero en algunos centros el plan de acción tutorial va encaminado en gran parte a las habilidades que además del acoso previenen un gran abanico de problemas típicos. La clave en todo es la autoestima y la asertividad, pero desglosaré un poco más.

  • Relaciones grupales

Dentro de cada grupo clase se deben fomentar relaciones de respeto, de colaboración y de vínculos mutuos. A ser posible extender estos vínculos con otros grupos clase, pero conviene empezar a sentar las bases en entornos más pequeños

  • Colaboración vs competitividad

Proponer tareas en las que la colaboración dé mejores resultados que la competición, juegos cooperativos, trabajos en grupo (bien planteados, no que trabaje uno y la nota para todos), etc. La idea es que cale en sus mentes la posibilidad de que no todos los juegos sean de suma cero, que alzar al otro puede darte más ventajas que hundirlo.

  • Detección de riesgos.

A partir de herramientas como los sociogramas o de entrevistas con profesores de cursos anteriores, con alumnos y con padres detectar las víctimas y acosadores potenciales para intervenir antes de que se presente un acoso.

  • Vínculos con los débiles

Hay que vigilar atentamente que las personas en riesgo de ser excluídas del grupo formen vículos sólidos con varios miembros más integrados, que tengan un grupo identitario o que brille una de sus cualidades como vital para el funcionamiento del grupo en algunas tareas.

  • Comunicación no violenta

Moderar los debates acerca de conflictos de modo que no se permitan los juicios de valor y los ataques personales. Trabajar en lo posible un modo de comunicación más respetuoso.

  • Discreción al comunicar notas y otras informaciones.

A parte de por la ley de protección de datos, es importante hacer esto por la innecesaria exposición social que es para muchos chavales su desempeño académico. A veces los acosados son los “empollones”, otras veces los chavales con dificultades en el aprendizaje, en cualquiera de los casos sus notas son una excusa más para marcar la diferencia con el grupo.

  • Habilidades sociales de todos.

Si todos aprendemos mejor a interpretar lenguaje no verbal, iniciar conversaciones, resolver conflictos y otras habilidades sociales, las realciones mejoran en general y el clima de tensión desciende notablemente.

  • Espacios seguros.

Los episodios de mayor violencia se dan fuera del aula, en los tiempos de recreo o a la salida del centro. En los recreos se pueden habilitar “espacios seguros” , sin darles ese nombre. Se trata de que en algún lugar del centro haya un espacio más estrechamente vigilado con actividades interesantes para los alumnos. Algunos irán por el placer de la actividad, pero además es un refugio estupendo para el que no se atreve a salir al patio por si acaso. Las actividades compartidas, además, fomentan vínculos sanos entre los alumnos, permiten descubrir talentos que no brillan en el aula y pueden, convenientemente supervisados, formar parte de la educación emocional de la persona

  • Asociacionismo estudiantil

En la misma linea pero más autogestionado, favorecer cualquier iniciativa de asociaciones de estudiantes para desarrollar sus aficiones e intereses.

  • Mediación

El conflicto es inherente a la convivencia de muchas personas en un espacio pequeño. En lugar de negar la existencia de estos conflictos, la mediación acepta que existen y se esfuerza en resolverlos de un modo consensuado. Lo ideal es que la mediación entre alumnos la hagyaa algún alumno al que se le haya dado una formación en este sentido.

  • Buena comunicación y confianza con los adultos

Todo lo anterior es completamente imposible desde el enfrentamiento adulto-adolescente. Si no hay una buena comunicación con los profesores, ni los acosados confiarán en que los defiendan, ni los acosadores estarán abiertos a corregir su conducta y actitud, ni los silenciosos sentirán seguridad para hablar de lo que ocurre, ni nadie acudirá a las actividades de recreo, ni se apuntarán alumnos al programa de mediación… Cómo mantener estas vías abiertas es uno de esos misterios para los que nadie tiene la receta, ningún profesor se lleva bien con el 100% de su alumnado. Pero con que cada alumno pueda dirigirse a uno o dos de ellos hemos hecho un buen avance.

Me cuesta sacar unas conclusiones de un problema tan complejo, pero si una palabra se repite como preventiva de muchísimos problemas de relaciones interpersonales es "asertividad" y como prevención de sufrimientos personales es "autoestima". Eduquemos respetando para que aprendan a respetar, queriéndoles para que aprendan a quererse y estableciendo límites para que puedan ponerlos ellos a otras personas y a ellos mismos.