"Está claro que la gente no quiere guerras...
Pero después de todo, son los dirigentes del país los que deciden la política, y siempre resulta sencillo llevarse a la gente de calle, ya sea en una democracia, una dictadura fascista, un parlamento o una dictadura comunista. Con voz o sin ella, siempre se puede conseguir que la gente haga lo que se les antoja a los dirigentes. Es fácil. Basta con decirles que se les está atacando y denunciar la falta de patriotismo de los pacifistas".
Hermann Goering (18 Abril 1946, en el juicio de Nüremberg).