He conocido a centenares de Juanes Cuesta. Suelen prosperar en las comunidades, las asociaciones, las juntas directivas, la enseñanza, las empresas y los partidos políticos. Gente tan aferrada a su minúsculo cargo, más preocupada por el formalismo que por los resultados, guardianes de unas instituciones creadas a su imagen y semejanza, canes Cerberos que protegen la gruta del poder de cualquier cambio.
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