Cualquier padre sabe que dejar a los niños en casa todo un día es un abono seguro para el desastre doméstico. Si los pequeños no salen a corretear acaban entrando en ebullición y montando un berrinche. Lo que los psicólogos y pedagogos están empezando a descubrir es que llevarlos al parque no sirve solo para desfogarlos, sino que es clave para conservar la salud física y mental de los pequeños.
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