Me dirijo a su periódico en representación de mi hermana de 30 años, con 83% discapacidad y Grado III. Ella no tiene voz porque su habla silenciosa y tropezada solo la entendemos algunos. Su mundo somos su familia, y nuestro mundo gira en torno a ella. Tampoco tiene voto por que su incapacitación así lo determina.
|
etiquetas: carta , discapacitados , voz , voto , derechos