pocos meses para las elecciones generales del 20-N, el maquillaje democrático de la marca España se ha derretido de su envoltorio constitucional. Las manifestaciones del movimiento 15-M han sido glorificadas por la corroboración de la evidencia empírica. Hoy más que ayer, no les falta razón, a los millones de seguidores de Hessel, cuando con la garganta reseca y a la intemperie de Sol, gritan y claman aquello de; ¡le llaman democracia cuando no lo es!.
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