[c&p] Los japoneses son extremadamente meticulosos para todo. Durante la construcción del puente colgante de Akashi Kaikyō, el más largo del mundo, emplearon casi diez años y todo tipo de medidas de seguridad para prevenir los daños por los frecuentes terremotos. Para probar los gigantescos amortiguadores colocados bajo las torres principales, los ingenieros idearon un método manual para reproducir un terremoto y colocaron a un centenar de trabajadores sobre la estructura a los que ordenaron balancearse simultáneamente. (*)
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