Al igual que los pingüinos y otros animales el ser humano intercambia regalos y recursos por sexo. Las hembras de los pingüinos se emparejan con los machos que les traen piedras para construir el nido. Las colibríes se emparejan para tener acceso a las flores más productivas que están guardadas por grandes machos. Según el investigador Danile Kruger, de University of Michigan School of Public Health, incluso los estudiantes universitarios ricos que no necesitan recursos intentan intercambiar sexo por provisiones.
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