Muchos otros personajes cumplen unos principios parecidos a estos. Unos principios que no estaría nada mal pensar en cuándo los cumplimos y cuándo no. No hace falta distinguir todos los olores que invaden una habitación en unas milésimas de segundo para ser un poco Sherlock Holmes o un poco Baden-Powell. En este artículo se enumeran las leyes necesarias para serlo.
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