Todo el mundo fantaseó alguna vez con tener una aventura sexual en el trabajo. El máximo ejemplo fue el famoso desliz de Bill Clinton con su becaria Monica Lewinsky. Y si un presidente de Estados Unidos estuvo dispuesto a todo por la adrenalina que implica concretar el morbo, cómo no lo va a hacer alguien que no se juegue el poder de la nación más poderosa del planeta.
|
etiquetas: sexo , trabajo , compañeros