La cámara, apoyada en su trípode, empieza a grabar. Sesenta minutos de cinta dan para muchas cosas que contar. Es por la tarde y estoy sentado a la mesa camilla mientras el sol entra por la ventana. Allí fuera yo jugaba de niño y allí me intentaron enseñar a montar en bicicleta hasta que aprendí a hacerlo yo solo. Cuestión de pelotas.
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