Hace cinco años, el gobierno de los EEUU presentó supuestas pruebas de que Irak poseía laboratorios móviles de armamento biológico. La información provenía del BND (servicios secretos alemanes), y resultó ser absolutamente errónea. Pese a ello, el gobierno alemán declina cualquier responsabilidad, y el BND sigue protegiendo a día de hoy a la fuente ("Curveball"), que ha resultado ser un impostor. Mientras Schröder se oponía de forma vehemente a la invasión, sus servicios secretos propiciaron la "excusa" que Bush necesitaba.
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