La banda Dominican Don’t Play (DDP), a la que la Guardia Civil y la Policía han asestado un duro golpe al desmantelar varias de sus células, es una organización fuertemente jerarquizada, con un componente religioso muy marcado y unos códigos de disciplina y silencio que convierten a sus miembros en «soldados» absolutamente fanatizados. Una serpiente enroscada significa haber matado a un policía.
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