La angustia de un hombre de 52 años que desde hace casi dos décadas malvive de las ayudas sociales y una pensión de invalidez junto a una compañera enferma de cáncer es lo que llevó ayer a Fernando Ruiz Cano, vecino de Portugalete, a encadenarse a diez metros de altura en una torre de alta tensión en las faldas del monte Serantes, en Santurtzi.
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