El primer hombre, Adán, y la primera mujer, Eva, no conocían el origen de su propia existencia hasta que Cristo, en forma de Serpiente, se les apareció en el Jardín del Edén, y les enseñó el fruto del Arbol de la Ciencia e instó a que comieran de él, lo cual la pareja hizo. Una vez la pareja adquirió consciencia de sus raíces y de su origen espiritual divino, Yaldabaoth se enfureció, y amedentrado, los arrojó fuera del Edén, en un lugar donde la amnesia les impediría a ellos dos, y por ende a toda la raza humana, el recordar el paraíso.
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