La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), por medio de la Aduana, detectó y secuestró 430 kilos de cocaína que se encontraban diluidos en 5737 botellas de alcohol de 500 ml, dentro de una carga de exportación destinada a España. Posteriormente se trasladó un equipo del laboratorio de la Aduana al depósito fiscal para realizar análisis que derivaron en la confirmación de cocaína de máxima pureza con un porcentaje que osciló entre el 17% y el 20% por cada botella de alcohol líquido.
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