Uno de los principales problemas es España es precisamente este: que se valora más la sumisión que el trabajo. Cuando hablo del tema con otros empresarios hay muchos que le acaban dando la razón a esta idea: que el trabajador sea más o menos eficaz les importa poco, o al menos no tanto como que sea dócil, no ponga pegas y haga lo que se le mande. Asciende antes un pelota que un tío eficaz. Prospera antes el que calla y la caga siguiendo tus instrucciones que el que te saca del marrón siguiendo su propia iniciativa.
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