Para instalar estos paneles, se han aprovechado las barandillas de las ventanas, por lo que éstas quedan semitapadas. En algunos casos, la ocultación es total. El tiempo dirá si las oficinas se verán privadas de luz o si los trabajadores sufren una cierta asfixia tras esa especie de cortina fija. De momento, la verticalidad de las placas ya genera debate en algunos foros policiales, donde se plantea la posibilidad de que todo lo que se ahorre mediante energía solar se gaste en luz artificial.
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