Descubro a raíz de la muerte de la ínclita Margaret Thatcher que su proceso de santificación es inminente. Bueno, no sé si a las anglicanas las pueden hacer santas, pero en cualquier caso figurará en algún tipo de altar.Se pronuncia con arrobo e infinita admiración el apelativo la Dama de Hierro. Y me pregunto por el valor supremo del hierro. Que yo sepa no tiene nada que ver con el talento, la sensibilidad, la lucidez, el sentido del humor, la compasión. La futura santa ofreció entusiasta cobijo a Pinochet y consideraba terrorista a Mandela.
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