"Cuando volvió por la tarde traía una botella con líquido inflamable y me lo vació encima, en la cara y en el cuerpo. Al poco, le prendió fuego. Empecé a gritar para pedir socorro y a llorar. Tenía el cuerpo en llamas. Él se asustó y fué a buscar un cubo de agua para sofocar las llamas. Luego llegaron sus padres y me llevaron al hospital." Los médicos certificaron la gravedad de las heridas. Y agárrense que viene otra buena: Sanna pidió el divorcio y el juez se lo denegó “por falta de un motivo razonado”.
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