José Roberto conducía este sábado su vehículo por una céntrica calle de San Salvador. De repente, sintió algo en el cuello, como un picotazo seguido de un fuerte dolor. Se lo comentó a su compañero, que estaba en el asiento del copiloto. Éste advirtió alarmado que le estaba brotando sangre. Tuvo tiempo de detener el coche en acera. Su amigo se acercó para examinar la herida.
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