Nicolás Molina estaba tan harto de los estragos de la crisis y del "saqueo de los bancos" que alquiló su apartamento por el simbólico precio de un euro a una joven para que dejara de vivir en su coche.Nicolás conoció al portavoz de la Plataforma por la Dignidad de las Personas sin Hogar,que le habló de una joven de 26 años,con dos hijos, que se había tenido que separar de ellos y que encima se había quedado en la calle,sin empleo y sin paro. "No me lo pensé mucho. Le ofrecí un apartamento de mi propiedad, Al fin y al cabo estaba vacío" recuerda
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