Atrás quedan los tiempos donde el potencial militar de la Unión Soviética atemorizaba a Occidente. Los propios rusos son conscientes de que la gloria del pasado es eso, pasado, pero parece que Vladimir Putin y su camarilla de palanganeros son incapaces de verlo. Hay muchos motivos para considerar que Rusia no ganará la guerra. Ni ésta ni ninguna, pero ¿cuáles son?
1.Moral baja.
El duro clima ruso y el contínuo éxodo de sus mejores prostitutas al continente europeo hace que la moral del ejército rojo esté bajo mínimos. Ya no hay voluntad, sino obligación. Se ha perdido el deseo de defender a la Madre Rusia y los jóvenes sólo se alistan durante el breve tiempo que pasa entre que abandonan el sistema educativo y comienzan el curso de instalación de dashcams para coches. Además, el ejército ruso tiene prohibidas expresiones tan vigorizantes a la hora de incrementar los ánimos como "dar por culo al enemigo" por considerarse una alegoría de la homosexualidad. Ante este panorama, los altos mandos del ejército lo tienen difícil para alentar a sus tropas.
En la foto, los generales Tchochogy y Buldoganov, de 43 y 39 años respectivamente, analizando cómo se maximiza la pantalla del PowerPoint.
2. Recursos obsoletos
A la baja moral hay que añadir la antiguedad y poca adaptatividad de los recursos militares rusos. Para empezar, los jóvenes soldados se sienten raros sin su chandal de Adidas y se mueven como pingüinos bajando a la playa en Asturias en sus almidonados y pesados uniformes. Por motivos de privacidad, los camiones y tanques del ejército no llevan cámara de salpicadero y, claro, en caso de accidente, a ver quién tiene la culpa. Se han visto a soldados que, después de golpear un poste, han soltado unas granadas dentro de su vehículo y han dicho "ej que me ha derribado el enemigo" con tal de no dar parte al seguro.
En la parte aeronáutica no están mucho mejor, básicamente porque los especialistas no entienden ni su propio cacharro. No se puede pretender que un tío que conduce un Lada Niva siete días a la semana de repente te pilote un Hind-D como si fuera un dron de 50 euros de AliExpress. Más de uno se ha eyectado de su caza tratando de subir el asiento para ver mejor el morro.
3. Falta de objetivos reales
Lo del "si no tenemos enemigos nos los inventamos" elevado a la máxima expresión. Rusia invadiendo Ucrania es como Madrid invadiendo Guadalajara. Da pocas ganas y te deja ese sabor de boca de "pst, pa qué". Si encima tienen la moral baja... También influye que tus vecinos más invadibles te chupen la polla constantemente, como Bielorrusia y Kazajistán. Y si tus prácticas militares se basan mayormente en el Ártico y la Siberia, donde no hay ni dios, acabas de rematar a tu propio ejército. Coño, en España, a los militares extremeños lo primero que hacen es obligarlos a montar en tren, que se vayan curtiendo. Qué menos.
4. Pérdida de identidad nacional
Perdieron el comunismo y lo perdieron todo. Que tu señal de identidad sea una guitarra con cuerpo completamente triangular o que te ataque un oso cuando sacas la basura no es identidad ni es nada. El tranvía de San Petersburgo no tiene ni la mitad de encanto que el de San Francisco; tus iglesias con tejados con forma de teta se quedan pequeñas al lado de Notre Dame; el vodka finlandés le da mil vueltas al tuyo. Te queda el gas y poco más, y un país conocido por sus gases genera más cachondeo que respeto.
Mascota de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014: Gordov (o Fatov), simbolizando el espíritu ruso de la pereza y el alcoholismo.
5. Disputas internas
Metes a 4.000 mendrugos en una misma compañía. Parte de ellos, del CSKA, de Moscú; otra parte del Spartak, de Moscú también; otra parte del Lokomotiv, también de Moscú; otro sector más del Dynamo, joder, también de Moscú; algunos cuantos del Torpedo, venga ya, también de Moscú. Y el resto, del Veles, del Strogino, del Kazanka, del Rodina, del Saturn, del Kairat o del Chertanovo, me cago en dios, todos de Moscú. La lluvia de hostias en los barracones hace que cuando quieran llegar al frente estén más que molidos, y los pocos del Zenit o del Rubin Kazán, borrachos como cubas de puro aburrimiento. Lo único que puede motivarles a atacar con determinación es que el enemigo vista como maricones. Y, sin embargo, se ponen a invadir Ucrania. Para "desnazificarles". Lo siguiente será que el Vaticano monte un ejército para "despedofilear" Japón.
6. Estados Unidos
La mitad del mundo está en tu contra, aunque la otra mitad está a tu favor. Pero cuando la mitad del mundo que está a tu favor a duras penas separa el agua llena de mierda de la potable, sabes que algo no va a ir bien. Por el otro lado, tienes al ejército más poderoso del mundo (a base de arruinar a sus ciudadanos) y una miriada de países lameculos pero con potencial para joderte la economía. ¿Qué crees que vas a conseguir? Las siglas OTAN (o NATO, según de donde seas) significan claramente lo que insinúan: Frente de Liberación del Fondo Monetario Internacional. A ver cómo luchas contra eso. El mundo es mucho más complejo que pagarle la fruta al tendero de tu barrio a base de mamadas, o intentar joderle el negocio metiéndole pegamento al candado de la cancela, pero tampoco mucho más complejo, visto lo visto. Lo siento, amigo, pero enfrentarse a cualquiera en estas condiciones es darse un pioletazo en el pie.
Seguidor medio de Putin.