“Se mueren porque el que va arriba [el jinete] es más burro que el de abajo”, explica el SEPRONA. En la mayoría de los casos, los caballos que peregrinan a la aldea almonteña no están preparados. “Se pasan todo el año en una cuadra, sin entrenamiento, y ahí son sometidos a un ejercicio brutal durante una semana entera sin ningún cuidado, sin darles de comer, sin hidratarlos, sin bajarse de ellos durante horas y horas o atándolos al sol”, añaden.
|
etiquetas: nacional , maltrato animal , rocío