Nada ha cambiado en la zona de ocio de Juan Llorens de la ciudad de Valencia. Calles saturadas de garitos, coches que aparcan donde pueden, jolgorio hasta altas horas de la madrugada, botellón..., y vecinos que no pegan ojo de jueves a domingo. El Tribunal Supremo afirma que el Ayuntamiento de Valencia vulnera los derechos de los habitantes de la zona a la vida privada, la integridad física y moral, y a la intimidad al no frenar el exceso de ruido nocturno, y que está obligado a tramitar un expediente de Zona Acústicamente Saturada (ZAS).
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