Marcela es una universitaria de 30 años que, en busca de nuevas sensaciones, se conectó con un grupo swinger. Un día, un compañero la invitó a su casa adonde irían dos parejas más: la idea era filmarse teniendo sexo y divertirse viendo el material, todo acompañado con champagne y otros aditivos. Luego y sin consultarla, el dueño de casa subió el video a la Web, y al verse expuesta públicamente, Marcela tuvo un ataque de pánico severo. Hoy está medicada, bajo tratamiento psicológico.
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