El famoso evolucionista ya tenía firmado el contrato con un local de Detroit para dar una conferencia, pero dos días antes de su celebración, el director del local se enteró de su visión atea del mundo y decidió hacer caso omiso a dicho contrato. Dawkins afirma que si le hubieran rechazado por ser cristiano, judío, negro o gay sería inaceptable, pero que de algún modo todavía se permite la discriminación contra los ateos.
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