Hace poco un amigo emigró a Irlanda para trabajar como programador. A los pocos días de su llegada le pregunté cómo era aquello y me confesó que lo que más le había impresionado no había sido la ciudad, ni el clima, ni los verdes valles. Lo que más llamó su atención fue que, al contrario que aquí en España, ser programador era una profesión que no estaba asociada a un rango bajo ni a salarios vergonzosos.
|
etiquetas: reyes del mambo , programadores , desarrolladores , sueldos