La muerte de Bobby Fischer me hizo recordar, a travès de Lisandro Farìas, su paso luminoso por Buenos Aires para jugar la semifinal del campeonato del mundo en 1971. 37 años despuès, todavìa resulta intrigante comprobar como ciertos acontecimientos extraordinarios tocan nuestras vidas cotidianas...A veces un simple roce, casi imperceptible, resulta determinante...
|
etiquetas: fischer , petrossian , ajedrez , espìritu , humano