En España no hay iniciativa u organización, cualquiera que ésta sea, que no esté infiltrada por la partitocracia. Ir en contra de esto es condenarse a la marginación, bien lo saben los lobos esteparios expulsados de la Universidad Feudal. En España no habrá una revolución norteafricana, pero si habrá una revolución del oportunismo: cuando los partidos políticos no tengan que repartir más que miseria, como está pasando, los nibelungos de la luz saldrán de sus catacumbas.
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