Una sugerencia, minuciosamente desacreditada, postulaba que cada pelo se asemeja a una tubería de calor muy pequeña, canalizando los rayos del sol a la piel como un cable de fibra óptica. Los científicos aceptan ampliamente que las capas calientes (y de aislamiento de fibra de vidrio) protegen contra los elementos al atrapar las bolsas de aire cálido en pequeños poros. Ahora, parece que la piel podría tener otra manera de aislar.
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