Muchas veces, lo más sencillo resulta a la vez lo más divertido. El concepto de Lemmings era muy sencillo: había que llevar del punto A al punto B a la mayor cantidad de lemmings que fuera posible. Lo que podía llegar a complicarse es precisamente ese camino, ya que los simpáticos bichillos tenían un instinto de supervivencia menor que un hámster emo y se limitaban a tirar p’adelante, hubiera un precipicio, una estufa o un cable pelado.
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