Al parecer en internet hay un nuevo reto para artistas. Consiste en embadurnarse el cuerpo en pintura y luego imprimir tu cuerpo sobre un lienzo. El resultado dejó atónito a más de uno: en el lugar donde debía haber un ojete había quedado una huella amarronada. Algunos no habían aplicado toda la limpieza que debería a su parte íntima. Esta anécdota es el último eslabón en la cadena de cuentos de terror que circulan en Internet desde hace más de un lustro sobre hombres que no se limpian el ojete.
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