He considerado las impúdicas acusaciones del Sr. Dawkins con exasperación ante su falta de seriedad académica. Al parecer no ha leído los detallados discursos del Conde Rodrigo de Sevilla sobre las exquisitas botas de cuero del emperador; tampoco ha concedido un solo momento de consideración a la obra maestra de Belllini, Sobre la luminiscencia del sombrero emplumado del emperador.
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