Actualmente es posible encontrar reporteras de guerra haciendo trabajos que son tan peligrosos como los de sus colegas masculinos: en las líneas de batalla en Afganistán, operando oficinas, traduciendo en partas asoladas de África. Pero hay un área que las pone aparte: están ocultando el ataque y el acoso sexual para seguir obteniendo tareas, informa Judith Matloff, quien enseña en la Escuela de Periodismo de Columbia.
|
etiquetas: reporteras , guerra , abusos , trabajo