«La vida vale más que un sueño». «Tener la cabeza fría a 300 metros de cumbre no es nada fácil». «Otra lección de alpinismo. Siempre es más importante el camino que el objetivo». «Una retirada a tiempo es una victoria y solo los sabios aplican esa máxima». La cuenta de Twitter de Carlos Soria se llenó de este tipo de mensajes cuando se supo que el alpinista abulense, de 74 años, renunció a hollar la cima del Kanchenjunga cuando le faltaban apenas 300 metros.
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