Muchos piensan, yo el primero, que nuestro hobby es caro. Que nos venden videojuegos con los precios inflados, que las grandes compañías tienen bóvedas como la del Tío Gilito (Activision-Blizzard me consta que realmente la tiene), que las pequeñas empresas apenas ganan para hacerse unos “instant-noodles” y que nosotros, el usuario final, somos unos pobres desgraciados a los que prácticamente empujan a robar. ¿Pero acaso no es más caro, en comparación, una entrada de cine o un libro? ¿Sí? ¿No?
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