Visitar recurrentemente el Museo Nacional de Antropología "David J. Guzmán" de El Salvador durante 10 años puede producir llanto y risa, incredulidad y asombro. Está celebrando 130 años, y mientras una momia de más de dos milenios de antigüedad está oculta al público y la sala de Asentamientos humanos fue cerrada, un paquete de café capuchino instantáneo y una sopa maruchán ilustran la canasta básica de los salvadoreños.
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