El asesinato de un bebé es un suceso aberrante para cualquier «persona normal». La muerte de un político, por poner un ejemplo, puede ser motivo de duelo para unos y de alegría para otros. El asesinato de un bebé se archiva y se olvida. La muerte de un político corre la misma suerte de olvido; sin embargo, generan rencores entre detractores y seguidores. Una prueba de que las redes sociales tienen gran parte de culpa de que las opiniones (ajenas) sobre la noticias molesten más que las mismas noticias.
|
etiquetas: redes sociales , cabreo , facebook , opiniones , foros , twitter