Tardó tres años en ponerse en marcha y contó con una subvención municipal de 360.000 euros, pero casi nadie la utiliza. Un precio demasiado caro y unas prestaciones escasas, entre las razones. El alta cuesta tanto como poner una línea de teléfono fijo. Y es que al principio se anunció que este servicio sería gratuito, aunque ya se sabía entonces que eso no era legalmente posible. Relacionada:
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