Una vez pasé la Nochebuena en un aeropuerto. No estuvo mal. Y la razón que hizo que perdiera el avión anterior tampoco. Otra vez pasé las navidades sola en una residencia de estudiantes, no tenía dinero para los viajes de ida y vuelta. No recuerdo haber dormido tanto. Algunas veces las he pasado muy feliz. Hay una bruma benéfica en ello que me hace recordar sonrisas y alegría más que cansancio o platos rotos.
|
etiquetas: belén , navidad , nostalgia