«Salió un camarero y dijo que yo causaba allí un efecto negativo, que daba mala imagen que le iba a despachar a los clientes con mi presencia allí porque afeaba la terraza», apunta Rafael, que no entiende por qué recibió este trato. «No se si es porque soy discapacitado u obeso o las dos cosas a la vez, pero hemos luchado mucho por la democracia como para que ahora me pase ésto», critica.
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