Los vecinos de la aldea coruñesa de Ribadulla deben pagar ocho euros si quieren que en su parroquia se celebren comuniones o entierros. Meses atrás, en la iglesia no había misa ni pagando. El obispo de Lugo, Alfonso Carrasco Rouco, sobrino del presidente de la Conferencia Episcopal Española, se vengaba de los lugareños que impidieron que la Iglesia vendiera la casa rectoral de la parroquia, en estado de abandono desde hace décadas.
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