Lo incomprensible es que a este sujeto le dejen hablar impunemente, o más aún le coloquen en posición destacada en los actos públicos o hasta le dejen usar instalaciones militares como la base de Armilla para montar saraos beatificadores (ya saben, el Fray Leopoldo de tanta tanta devoción). Ya recuerdan cuando respaldaba las mentiras criminales sobre los condones y la propagación del sida, era acusado de mobbing y demás cuando largaba a trabajadores porque no tenían un adecuado compromiso cristiano, se lamentaba que el gran problema de Haití...
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