No se puso en duda que este gobierno del PP podía recortar poderes a los sindicatos; nadie dudó que los impuestos tenían que subir; jamás le tembló el pulso al ministro correspondiente para reducir el sistema público de salud o el de educación, pero todos tenemos dudas de si este gobierno es capaz de resolver el problema de una banca enferma. Nos han engañado desde que empezó la crisis del ladrillo: ni los bancos ni las Cajas están sanas financieramente; lo digo más claro: hay Cajas y bancos que necesitan ayuda para supervivir. ¿Ayuda de quién?
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