El columnista Alfonso Ussía se pregunta por la nula repercusión de las declaraciones al borde de la muerte del sacerdote-espía Antonio Hortelano: su terrorífica alusión al poeta Rafael Alberti y su actuación en las checas de Madrid durante la República y Guerra Civil. A un mes de la muerte no se miente. Y nadie ha valorado sus durísimas palabras. «Rafael Alberti metía a los prisioneros en cabinas de teléfonos con las paredes electrificadas con alta tensión».
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